Un bien es “todo aquello que es apto para satisfacer, directa o indirectamente, una necesidad humana”. Se habla, por tanto, de cosas tangibles: que tienen presencia física y pueden ser tocados.
Así, un bien es todo objeto que las personas necesitan para vivir y responden a todo tipo de naturaleza y condición. Desde comida a medicinas, pasando por electrodomésticos o pequeños objetos. También se entienden por bienes las mercancías, materias primas y objetos que son necesarios para que las empresas puedan producir.
En definitiva, se trata de cosas materiales que están destinadas a la satisfacción de necesidades materiales o a la producción de otros bienes. A grandes rasgos, se pueden diferencias los siguientes bienes:
- Bienes renovables: Aquellos que pueden encontrarse en la naturaleza y que están a disposición de las personas en cantidades casi ilimitadas. Por ejemplo, el aire o el agua.
- Bienes no renovables: Aquellos que no se incluyen en la definición anterior y que son escasos de por sí.
En materia contable y administrativa, hablamos de los siguientes tipos de bienes:
- Bien de inversión: Aquellos bienes corporales, muebles, semovientes o inmuebles que suelen estar destinados a ser utilizados como instrumentos de trabajo o medios de explotación, en un periodo de tiempo superior a un año.
- Bien inferior: Bien de consumo que es muy asequible, por tener un precio muy bajo. Este tipo está destinado a satisfacer las necesidades de consumo de aquellas personas que con rentas muy bajas.
- Bien agotable: Bien que tiene una duración limitada. Suelen ser los bienes básicos.